Por Felipe Lora Longo
Revista Dominicana
La #Marcha60Abriles no será una actividad conmemorativa; será una declaración de guerra contra la injusticia. Será el grito desesperado de un pueblo que ha decidido no resignarse más a la muerte anunciada.
Una vez más, la tierra dominicana se estremece ante el llanto inconsolable de un pueblo que no ha conocido la justicia. Las muertes ocurridas en el Jet Set no fueron un accidente, fueron asesinatos sociales. Crímenes de Estado encubiertos por la indiferencia, el clientelismo y la política del olvido. No fue el techo lo que colapsó: fue el país. Una nación desfigurada por un sistema donde el lucro vale más que la vida, donde los pobres mueren no por destino, sino por diseño.
Esta tragedia, como tantas otras, fue anunciada. Era evitable. Era previsible. Las autoridades lo sabían y lo ignoraron. Como sabían del hambre en los bateyes, de los niños que mueren en salas sin insumos, del plomo envenenando a nuestros ríos, de los desalojos a familias humildes para darle paso al capital extranjero. ¿Y qué han hecho? Han administrado el abandono como si fuera política de Estado. Gobernar, para ellos, ha sido dejar morir.
Por eso, con rabia y dolor, honramos hoy no solo a las víctimas del Jet Set, sino también a los mártires invisibles de cada barrio inundado, de cada mina contaminante, de cada hospital sin medicamentos. Honramos a los mas de 400 caídos, en el 2024, en Jimaní, a los desplazados por las barcazas eléctricas, a los desaparecidos por la violencia estructural de una sociedad sin alma. ¡Que descansen en paz! Pero que su paz no sea la excusa de nuestra resignación. Que su memoria sea combustible para la rebelión.
Vivimos bajo un régimen de negligencia criminal e impunidad planificada. Lo que ocurre en este país no es mala suerte: es saqueo. Es complicidad. Es traición a la patria. Las mineras como Barrick Gold, Falcondo y UniGold no habrían podido destruir nuestras montañas sin el aval de los que gobiernan. Y ahora, quieren coronar su crimen con la presa de cola, una bomba tóxica disfrazada de “progreso”. Pero no pasarán. El agua es vida, y el pueblo ya decidió defenderla con el cuerpo si es necesario.
Mientras las corporaciones se enriquecen, el pueblo agoniza. Nos roban desde todos los frentes: las AFP nos saquean la vejez, el FMI nos encadena con deuda, el Comando Sur nos ocupa con botas extranjeras, y el gobierno nos entrega con una sonrisa de traición. ¿Hasta cuándo vamos a callar? ¿Cuántos muertos más? ¿Cuántos techos tienen que caer para que despertemos?
Este 27 de abril (Marcha27Abril), cuando marchemos por las calles, lo haremos con la furia acumulada de seis décadas. Seis décadas desde que la invasión yanqui de 1965 frustró el sueño del pueblo dominicano de vivir bajo un gobierno popular, justo y soberano. Sesenta años de entreguismo, de gobiernos títeres, de políticas diseñadas en Washington y aplicadas en Santo Domingo con rostro sonriente y servil. Marcharemos no solo en homenaje al pasado, sino como grito de rebeldía por el presente y por el futuro.
La #Marcha60Abriles no será una actividad conmemorativa; será una declaración de guerra contra la injusticia. Será el grito desesperado de un pueblo que ha decidido no resignarse más a la muerte anunciada. Caminaremos con la memoria de los caídos, pero con los puños en alto. Exigiremos justicia para las víctimas del Jet Set, para los sacrificados por las minas, por las aguas privatizadas, por los desalojos, por la avaricia de los poderosos. Exigiremos la salida inmediata de Barrick Gold y de todo agente de muerte imperialista. Exigiremos que se acabe este pacto infame entre las élites dominantes y los intereses extranjeros.
¡Que lo sepan bien! Este pueblo ha despertado. No aceptará más lutos sin justicia, más tragedias sin responsables, más muertes sin castigo. Nos han declarado la guerra, y responderemos en las calles, en las comunidades, en los ríos y montañas, con organización, dignidad y rebeldía. Porque el dolor se convierte en rabia, y la rabia en poder.
¡Hasta la victoria siempre!
Felipe Lora Longo
Con la furia acumulada de seis décadas de traición
Y con la esperanza invencible de un pueblo que no se rinde.
Nota: Si le interesa participar en la Marcha del 27 de abril, ponerse en contacto con la Coordinadora Popular Nacional en info@coordinadoraRD.org o llamar al (829) 983 7229.