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Cooperación Cuba-China conduce a avance en vacuna

Por Sara Flounders publicado el 7 de junio de 2022
Traducción: Google
Fuente: Mundo Obrero

Cuba y China anunciaron formalmente el 2 de junio que solicitaron una patente conjunta para una vacuna Pan-Corona. La nueva vacuna, fruto de la colaboración entre los sectores biotecnológicos de los dos países, es la primera patente de una única vacuna eficaz contra las múltiples variantes de la COVID-19.

Una colaboración entre los sectores de biotecnología de China y Cuba ha dado como resultado el desarrollo de la primera patente para una vacuna Pan-Corona, que se presenta aquí en la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual de China.

La noticia de la vacuna desarrollada en conjunto es particularmente emocionante debido al enfoque cooperativo de los dos países en un campo altamente competitivo, reservado y totalmente orientado a las ganancias en los países capitalistas occidentales.

Avance en la protección antivirus emergente

Se anunció que la vacuna Pan-Corona es efectiva contra las variantes actuales de COVID-19 y, por lo tanto, de valor en la pandemia actual. 

Pero su fortaleza es que también podría ser eficaz contra la aparición de nuevos patógenos pertenecientes a esta familia de virus, señaló Eduardo Martínez Díaz, presidente del Grupo Empresarial estatal BioCubaFarma. (telesurenglish.net, 3 de junio)

El proyecto Pan-Corona tiene su sede en un centro conjunto de investigación y desarrollo biotecnológico, que funciona desde 2019 en la ciudad de Yongzhou, en la provincia de Hunan, y está dirigido por expertos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba . El doctor Gerardo Guillén Nieto, director de Investigaciones Biomédicas del centro, explicó que el proyecto surgió a pedido de los chinos y contó con la aprobación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba. Los equipos y laboratorios del centro de Yongzhou fueron diseñados por personal científico cubano. (Radio Habana Cuba, 3 de junio)

Los dos países se centraron en los coronavirus debido a la pandemia mundial y porque esta es la familia de virus con más probabilidades de pasar de los animales a los humanos. Este fenómeno, llamado zoonosis, fue la causa de epidemias anteriores, como el brote de SARS de 2002 y la infección por MERS de 2012, ambas enfermedades respiratorias graves. 

La investigación capitalista compite por las ganancias 

El enfoque cooperativo utilizado por Cuba y China es debatido como una necesidad de investigación por quienes practican la medicina occidental. 

Pero la industria capitalista de investigación farmacéutica está únicamente orientada al desarrollo de vacunas y medicamentos para la mayor tasa de beneficio inmediato y el mayor número de ventas. Una vacuna con una serie de inyecciones de refuerzo para cada cepa separada del coronavirus actual, y luego la venta adicional de vacunas completamente nuevas para cada infección emergente, significa miles de millones de dólares en ventas y ganancias para la industria farmacéutica. 

La cooperación para soluciones a corto o largo plazo amenaza el futuro de esta industria con fines de lucro. 

Las compañías farmacéuticas de EE. UU., la Unión Europea y Japón, las principales economías capitalistas, están muy dispuestas a aceptar fondos gubernamentales para desarrollar vacunas. Sin embargo, el control de las patentes y las ganancias resultantes de esa investigación siempre son expropiados de forma privada por los accionistas corporativos.

Una vez que las vacunas se desarrollan con fondos del gobierno, los gobiernos que respaldaron la investigación tienen que volver a comprar los productos a las corporaciones, a precios altos. El control del mercado y la propiedad corporativa privada son las principales preocupaciones.

Peoples Vaccine Alliance estimó en 2021 que las compañías detrás de tres de las vacunas COVID-19 más exitosas (Pfizer, BioNTech y Moderna) estaban obteniendo ganancias combinadas de $65,000 por minuto, $1,000 por segundo. Estas empresas han vendido la mayoría de sus dosis a países ricos, dejando atrás a países de bajos ingresos con poblaciones sin vacunar, personas gravemente enfermas y un número creciente de muertes. Pfizer y BioNTech han entregado menos del 1% de sus suministros totales de vacunas a países de bajos ingresos, mientras que Moderna ha entregado solo el 0,2%. (tinyurl.com/29w8pdda)

La cooperación crea soluciones

Las economías basadas en la planificación social y la propiedad pública de las principales industrias tienen la capacidad de desarrollar soluciones a través de estrategias imposibles de utilizar por las industrias de propiedad privada. Los países socialistas tienen la capacidad de buscar soluciones comunes a los desafíos globales a través de la cooperación y la solidaridad.

China ha proporcionado más de 2 mil millones de dosis de vacunas y una serie de otros suministros y asistencia a más de 150 países, regiones y organizaciones internacionales durante la pandemia. 

Cuba —pese al bloqueo de Estados Unidos, su pequeño tamaño de 11 millones de habitantes y sus limitados recursos— ha continuado con su altamente desarrollada investigación médica y ha enviado más de 40 equipos médicos a más de 30 países para combatir la COVID-19. Los equipos médicos cubanos y chinos han mantenido la coordinación en muchos países en desarrollo y han contribuido de manera conjunta a la lucha contra la COVID-19. 

Los medios corporativos estadounidenses han tratado de desacreditar y socavar esta solidaridad y desacreditar el extenso tratamiento médico que brindan generosamente estos dos países de orientación socialista. Pero los Estados Unidos capitalistas no pueden igualar sus logros. En cambio, solo puede imponer sanciones en un esfuerzo desesperado por detener su progreso constante. 

El mundo necesita mucha más cooperación y esfuerzos conjuntos para superar la pandemia inmediata y la crisis ambiental y los problemas de salud del futuro. Cada vez más, los países afectados por las sanciones económicas de Estados Unidos ven que la cooperación es la forma de sobrevivir. 

Décadas de cooperación

Las décadas de cooperación entre Cuba y China se resumen en un informe elaborado conjuntamente por Carlos Miguel Pereira Hernández, de la Embajada de la República de Cuba en la República Popular China, y Huiyao Wang y el Dr. Lu Miao, del Centro para China. y Globalización (CCG) en Beijing. (PDF disponible en doi.org/10.1007/978-981-16-8086-1_20 )

“Cuba y China, una asociación paradigmática en un contexto mundial cambiante” describe su potencial para fortalecer la cooperación en salud pública, promover los servicios de salud y desarrollar la producción y el comercio de medicamentos. El informe explica que la solidaridad y el apoyo mutuos pueden convertir la lucha conjunta contra el COVID-19 en un nuevo símbolo de amistad y un ejemplo de cooperación tanto bilateral como global:

“La relación política bilateral de alto nivel y la amistad inquebrantable entre los dos partidos, gobiernos y pueblos comunistas nos permiten seguir fortaleciendo una alianza estratégica y una relación especial. Como países socialistas. . . Cuba y China tienen un potencial ilimitado, que ambas partes deben aprovechar en beneficio de nuestro pueblo y de la humanidad”.

Como resume el informe, la conexión entre las dos revoluciones por el socialismo data del 2 de septiembre de 1960, cuando la Cuba revolucionaria rompió relaciones con Taiwán y reconoció a la República Popular China.

En noviembre de 1960, una delegación económica oficial del gobierno encabezada por el líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara visitó China, donde fue recibido por el presidente Mao Zedong y otros líderes chinos. Los gobiernos de los dos países firmaron su primer acuerdo de cooperación económica y tecnológica hace más de 60 años. 

Hoy en día, muchas empresas chinas están involucradas en proyectos prioritarios en Cuba, y muchos de estos proyectos están vinculados a la construcción y modernización de infraestructura, telecomunicaciones, energías renovables y el sector turístico.

Compartiendo biotecnología 

El Grupo Conjunto de Cooperación Biotecnológica Cuba-China refleja esta cooperación bilateral en el sector biotecnológico y biofarmacéutico . Esto ha alcanzado niveles sin precedentes, con ambos países decididos a continuar expandiéndose en beneficio de ambos pueblos.

BioCubaFarma promueve la cooperación y los negocios con empresas e instituciones chinas en el campo de la biotecnología y la industria farmacéutica. La relación promueve el desarrollo de productos para obtener aprobaciones de registro más rápidas para sus productos en China. BCF está trabajando con los gobiernos locales chinos en cuatro ciudades: Chengdu, Yongzhou, Shanghái y Changchun, así como con universidades e institutos para fomentar la innovación mediante la creación de centros de investigación y desarrollo y laboratorios conjuntos.

Tres empresas chinas/cubanas están haciendo contribuciones importantes a la salud humana y la agricultura: Biotech Pharmaceutical en Beijing, Changchun Heber Biological Technology en la provincia de Jilin y Shandong Lukang Heber en la provincia de Shandong. Estos desarrollan tratamientos innovadores para enfermedades de alta incidencia como el cáncer, la diabetes y la hepatitis y han transferido un total de 10 tecnologías a China hasta el momento.

Cooperación para el futuro de la humanidad

La cooperación práctica de Cuba y China se ha extendido a los campos de la agricultura, la biotecnología, la biomedicina, las neurociencias y las nanociencias. Incluye cambio climático, recursos naturales y medio ambiente, parques científicos y tecnológicos y programas para desarrollar talento joven.

El impulso del capitalismo para maximizar las ganancias cada trimestre significa que el sistema no tiene una estructura capaz de una planificación general a largo plazo. El propio sistema económico requiere una competencia despiadada. No importa cuán necesaria sea, la cooperación es imposible. 

La creciente cooperación científica de China y Cuba representa un futuro esperanzador para la humanidad. Los problemas globales se pueden resolver. Lo que se requiere es planificación económica, cooperación y compartir el conocimiento científico y la tecnología.

Crédito de la foto: Eduardo Martínez Díaz

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