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LA CRÍTICA COMUNISTA Y ALGO MÁS

“Alta sensibilidad e inclinación a la crítica a diestra y siniestra, a la crítica irracional a todo lo que dicen y hacen los demás, situación que puede conducir a la sobrevaloración de sí mismo y la  subvaloración del otro.” 

Por Héctor Hernández
El autor es militante comunista

I

Sin importar de qué tiempo se trate (lejano, próximo o actual), basta tomar un trozo de historia para comprobar que todo salto o movimiento del desarrollo está precedido por el filtro de la crítica. Algunos ejemplos de crítica que han marcado un antes y un después por la magnitud de las transformaciones a las han dado lugar en la historia son:

La crítica desplegada por Nicolás Maquiavelo en su obra “El Príncipe” en 1531 contra el sistema medieval europeo y la elevación de la política a la condición de principal herramienta para el manejo de la relación entre la propiedad y la sociedad.

La crítica (1543) de Nicolás Copérnico mediante la formulación del sistema heliocéntrico en contraposición al viejo sistema geocéntrico de Ptolomeo como precondición de las grandes transformaciones ocurridas sobre el conocimiento del universo, por un lado, y por el otro, todo el reordenamiento del mundo existente para la época que ello implicó, sobre todo el reordenamiento de los viajes marítimos. El Viaje de Cristóbal Colon hacia Oriente por la ruta del Atlántico, ante la impedimenta de poder seguir haciéndolo por la ruta terrestre de Constantinopla, y su llegada a la Isla de Quisquella en 1492 y la posterior conquista del continente es uno de los resultados más relevantes de la crítica de Nicolás Copérnico; acción europea que, dicho sea de paso, no lo hace responsable de los grandes daños provocados por los europeos a la población originaria de este continente.

La crítica de Lewis H. Morgan al antiguo modo de explicación del árbol genealógico del que procede la familia; modo que, parafraseando a Engels, hasta este investigador enredaba más que lo que esclarecía la situación. Morgan publicó en 1877 el resultado de sus investigaciones en su obra titulada “La sociedad antigua, o investigaciones de las líneas de progreso del salvajismo a través de la barbarie a la civilización” 

La crítica elaborada por Carlos marx contra el sistema capitalista en su obra “El capital”, trabajo que vio la luz en 1867 y que a partir de su publicación se convirtió en la fuente guía para conocer la estructura productiva del sistema burgués no solo para los comunistas y la revolución sino hasta para los hombres de ciencia de la propia burguesía ligados a las distintas ramas de la producción burguesa.

Pero la crítica como categoría histórica se bifurca en dos vertientes fundamentales que tenemos que tener bien claras a la hora de ponerla en práctica.

Esas vertientes son:

  1. La crítica directa
  2. La crítica indirecta

UNA BREVE REFERENCIA A LA CRÍTICA INDIRECTA

Esta tiene un carácter indirecto pues se ejerce sobre los objetos que construye la forma humana de la vida para  auxiliarse de ellos en la solución de sus diversas necesidades. Por ejemplo, la historia de la industria textil inglesa de los siglos XVIII y XIX permitió a Marx clasificar su desarrollo en artesanía, manufactura e industria a partir del nivel de tecnología involucrado en cada una de éstas fases: Artesanía: cada artesano en su casa asumiendo manualmente todo el proceso de preparación de la materia prima (el algodón) hasta convertirlo en prenda de vestir. Manufactura: concentración de los artesanos en un local y división del trabajo y aunque éste siguió teniendo un carácter fundamentalmente manual pero ahora ejercido como actividad colectiva a favor del dueño del taller. Industria: incorporación del recurso vapor a la máquina, haciendo su funcionamiento autónomo respecto al trabajador y a la energía animal.

Así la crítica, los adelantos y avances en este quehacer se ejercen, en primer lugar, no al individuo sino a la máquina para ponerla a tono con el tiempo y el nivel de las necesidades, en este caso, necesidad de la propiedad privada de reciclarse en su dominio sobre la sociedad.

Pero como para que se pueda dar este dominio tiene que existir a quien dominar (la sociedad), de la crítica y adelantos provocados a la tecnología de las máquinas se derivan como consecuencias secundarias algunos beneficios para el ente dominado, beneficios que el sistema se empeña en presentar como los ejes que permiten a la sociedad vivir y mejorar la  condiciones de vida. Por eso el permanente interés del sistema dominante por convencer a la gente de que, de todos los cambios históricos, el determinante es el cambio tecnológico y no el cambio mediante transformación revolucionaria de la estructura productiva existente.

No es que esta vertiente de la crítica carezca de importancia para la crítica comunista, todo lo contrario, lo que demuestra la historia del desarrollo del comunismo es que, llegado el momento de concentrar la atención en la crítica a la tecnología, contrario a la burguesía que provoca cambios técnicos en proporción matemática, en el comunismo estos cambios se producen en proporción exponencial. Como muestra, ahí están los niveles de desarrollo de la tecnología alcanzados en poco tiempo tanto por la URSS en su tiempo de vigencia como por China en el presente, por sólo mencionar dos ejemplos.

Pero para la crítica comunista, la atención a la crítica de la tecnología está subordinada a  la crítica directa (la crítica a la superestructura de la sociedad  que tiene como fundamento la ideológica) del sistema de dominio de la propiedad privada sobre la sociedad y sólo después que éste ha sido derrocado entonces el comunismo asume aquella en todo su alcance y consecuencias.

En pocas palabras, mientras la crítica burguesa aspira a que la sociedad se atenga al lento, individual y parcial desarrollo que provoca el cambio en la tecnología, la crítica comunista parte por lo grueso, se va al cambio que se genera a partir de la crítica directa, al cambio social macro que permite transformar la tecnología en una herramienta del cambio a favor de las grandes mayorías y de la ciencia en general.   

Dicho esto, paso al punto de real interés en esta ocasión que es la vertiente directa de la crítica.

¿Por qué la definición de crítica directa? Porque es ejercida por el ser humano sobre su propio accionar. Esta tiene que ser ideológica porque su fundamento es la revisión del contenido de los sistemas de ideas (la religión, la política, la propiedad privada, etc., etc.) pero también crítica de las acciones que ejecuta el propio comunista (autocrítica); ambas – crítica y autocrítica – tienen que estar en ejercicio siempre porque sin ella el ser humano no tiene capacidad de medir los límites del alcance ni el resultado de sus acciones; tiene que ser sistemática e integral pues de otro modo los resultados de la crítica quedan dispersos en el tiempo y el efecto se torna ínfimo; tiene que ser coherente con nuevos objetivos porque éstos son su punto de partida. La crítica ha de tener el fundamento de la objetividad, es decir, al ejercerla, el ser humano tiene que situarse frente a la idea como algo que al ser generada y convertida en bien colectivo ya existe fuera de la subjetividad del individuo y, al mismo tiempo, el individuo tiene que ver en el objeto criticado (la idea) como algo que aún después de deshacerse de ella sigue siendo parte directa de su mundo interior. Finalmente, en función de todo lo anterior, en mano comunista la crítica tiene que ser revolucionaria porque su meta es la transformación de la sociedad.

II

LA CRÍTICA A PARTIR DEL COMUNISMO

A partir de la aparición del comunismo ha mediado del siglo XIX, el referente por excelencia de la crítica histórica lo es la crítica comunista. La crítica histórica de lo existente se presenta como una necesidad vital para todo gran plan de transformación estratégica del orden existente.

Miguel Cabrera ha referido un buen ejemplo al establecer que “… la teoría marxista se ha desarrollado desde la publicación del libro Crítica a la filosofía del estado (más bien del derecho) de Hegel, en 1843 hasta la Crítica del programa de Gotha, en 1875, en una lucha ideológica permanente de Carlos Maxr y Federico Engels contra las posiciones políticas de moda en la segunda mitad del siglo XIX”.

Si quiéralos ampliar la lista que, como muestra presenta Miguel Cabrera del arsenal de trabajos de contenido crítico elaborado por Marx y Engels a través de toda su vida, bien podemos agregar títulos como los siguientes: “La situación de la clase obrera en Inglaterra” (Engels 1845), Tesis sobre Feuerbach, La Ideología alemana, El 18 brumario de Luis Bonaparte, El antiduhring, Del socialismo utópico al socialismo científico, La guerra civil en Francia ¿Y qué decir de la crítica cumbre del marxismo: El capital?

Pero es válido por igual hacer la  observación de que la asunción del marxismo como teoría sin importar tiempo, lugar o condiciones históricas da pie a un tipo de crítica fuera de contexto y que no rebasa el nivel de la especulación pues no aterriza en ningún hecho tangible. A partir que nace, para cualquiera de los periodos de desarrollo por los que ha atravesado, es relativa la señalación e identificación del Marxismo sólo como teoría.

Desde que esa teoría se estructuró y tomó cuerpo en la Liga comunista, automáticamente dio el salto de pura teoría a movimiento y luego cuando esta estructura cumplió su rol histórico, entrando en la fase de desaparición porque ya no tenía razón histórica de ser, entonces el Marxismo continuó bajo otra modalidad: LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES-AIT.

Internamente la AIT vivió inmersa en la crítica y la lucha ideológica pues, contrario a la Liga comunista que era de composición ideológica comunista monolítica, aquella tuvo la característica de ser de composición mixta desde el punto de vista ideológico, condición que le  permitió  la prolongación de su vida en el tiempo hasta entrar como un fuerte componente degenerado de la socialdemocracia. Mientras tanto, el Marxismo y su crítica histórica entran en su segunda fase como estructura comunista en el partido comunista de Rusia (el bolchevismo). En esta fase, la crítica comunista se ve compelida a batirse en lucha en dos frentes: el frente interno que tenía su matriz en la herencia de la primera fase del Marxismo o fase europea-occidental (Carlos Kausky, Rosa Luxenburgo, Plejanof, Trosky) y el frente del sistema de dominio de la propiedad privada sobre la sociedad.  

III

Con el partido comunista ruso se inicia la segunda fase de la crítica comunista que se prolonga hasta la desintegración del sistema soviético. En este periodo ha cambiado la base de la crítica comunista. La primera fase de la crítica comunista se caracterizó por presentar ante el enemigo su basamento teórico; luego, en la fase en que se presenta como movimiento frente al enemigo, el comunismo con su crítica como arma expande y profundiza su radio de acción y exhibe músculos como potencial bandera de transformación de la sociedad, lo que llega hasta el enemigo como señal de peligro para su crecimiento y estabilidad.

Con el paso del comunismo de movimiento a sistema con la revolución rusa, la crítica comunista cede su palabra al ejemplo, al hecho que está ahí y que transmite la orientación de su objetivo a través de lo que la sociedad percibe por medio de sus propios sentidos. Qué ve, qué escucha, qué siente, y así la crítica comunista se ha instalado como institución, como formación, en un segmento social internacional que hasta cuando aparenta no hacer nada se convierte en rompecabeza para el enemigo porque sabe que  cruzado de brazo no está, porque fluye como el agua a través de las mil y unas trampas, obstáculos y adversidades propias del proceso y que aparecen como conducta portada por los individuos, grupos y élites beneficiarias del sistema de dominio de la gran propiedad privada sobre la sociedad.

Puede estar en proceso de metamorfosis como cuando cayó en crisis de definición en Rusia entre los años 1903 y 1914 aproximadamente pero haciendo, puede estar medio deshecho como cuando terminó la segunda guerra mundial pero haciendo, puede estar aturdido como quedó al desintegrarse la URSS, pero haciendo desde su condición y desde la perspectiva que le trace la autocrítica.

Hablando en términos prácticos, la URSS cumplió en algo menos de un siglo su cometido de

  1. Paralizar la expansión y profundización del sistema de dominio de la propiedad privada sobre el mundo en general y sobre cada sociedad en particular.
  2. Poner a una parte del mundo bajo la bandera de la propiedad colectiva
  3. Dejar en herencia a otras partes del mundo las líneas generales del camino a seguir para deshacerse del dominio de la propiedad privada mientras éste se mantenga en pie.

Hoy la crítica comunista se enfrenta a su propio pasado como fardo que se ha venido acumulando fruto del decantamiento y la diversificación respecto de la trayectoria del comunismo.

El siglo XXI ha encontrado a la crítica comunista enfrentándose a un mundo que a partir de la revolución rusa 81917) no es ajeno a la propia presencia del comunismo como sistema pero sin que a la vez haya desaparecido todavía el sistema tradicional de dominio de la propiedad privada sobre la sociedad que dio origen a aquel. Con una Rusia que ni siquiera en su actual enfrentamiento con Occidente siente la necesidad de recurrir a la recién pasada herencia colectivista soviética  y una China comunista que más bien es un híbrido de comunismo y neocapitalismo, pero que desde el punto de vista global juegan el rol de debilitar al enemigo principal del mundo, el imperio USA; y una América latina que se ha conservado hasta ahora como fuerte guarida del dominio de la gran propiedad privada sobre la sociedad, lo que la ha venido poniendo en la ruta directa y activa de la lucha por deshacerse de ese dominio. Si se excluye el actual peso ejercido a favor de ese domino desde su zona central (Europa occidental- USA), es América latina la parte del mundo donde ese sistema conserva sus mayores niveles de integridad. Pero al ser, por lo anteriormente dicho, la zona más expuesta a los cambios que hoy aquí retumban como un eco tardío del siglo XX, esas condiciones, entre otras, desdibujan las características y los rasgos que en esta zona marcan la revolución socialista, entendida ésta como la respuesta social-histórica al dominio de la gran propiedad privada sobre la sociedad. En pocas palabras, mientras haya presencia, como sistema dominante, del sistema de dominio de la gran propiedad privada sobre la sociedad, la respuesta a éste será la reivindicación de la propiedad colectiva, será el socialismo. Llámese como se le llame, si su base es la propiedad colectiva, es un paso al frente respecto a la propiedad privada y es coherente con las leyes que regulan el desarrollo de la historia.         

 Un primer detalle importante que se deriva de lo anterior es que en América latina, la revolución socialista viene dada como una necesidad de transito que abre paso a niveles superiores del desarrollo, es decir, ya aquí este nivel del desarrollo no se presenta como una meta estratégica, a futuro, de largo plazo, no; en todo caso América latina lo que está es poniéndose a tono con lo que fueron las metas del  pasado siglo XX, y esto (el socialismo como tránsito), en la medida que se produce, debe colocar en las próximas décadas esta región a la cabeza de las transformaciones post-socialistas a nivel internacional en términos de novedad. Así, poco más poco menos, está compelida a operar la crítica comunista en los tiempos presentes.

IV

Unos de los factores que ha retrasado y/o desviado la continuidad de la crítica comunista al sistema de dominio de la gran propiedad privada en América es que o no hemos entendido o no hemos aceptado la realidad de que el mundo de hoy no corre solo por cuenta de la burguesía y su gran propiedad privada, que no hemos entendido o no hemos aceptado que en lo que respecta al comunismo ya no se trata de una teoría, de una propuesta; hoy el comunismo es mucho más que eso: es un sistema instalado que compite con el enemigo por el espacio histórico-social.  

Si pretendemos que la proclamación de la condición de comunista no sea el normal desahogo contra el sistema, sino una posición de compromiso con todo lo que eso implica en la lucha por la transformación social, entonces hay que seguir hasta ver y entender que el comunismo está presente como sistema, como cultura, como respuesta política (que viene a ser precisamente el socialismo por ser una respuesta a la propiedad privada).

Aunque parezca paradójico, pero el estado desorganizado en que se encuentra hoy la crítica comunista, reducida a la simple condición de herramienta política, mayormente ejercida sin norte definido, como método ejercido sin la mayor rigurosidad científica, es el producto del desarrollo del propio comunismo. Naturalmente, ese desarrollo no puede buscarse ni medirse a partir de un país, de una época, de acontecimientos particulares sino a partir de toda la historia, de la historia íntegra del comunismo, que en términos concretos no llega a los 200 años, aunque si se lo fuera a medir por los aportes ya hechos a favor de la humanidad bien se pudieran cuantificarse  por 500 o más años.  Así, lo que hoy se identifica como crítica relacionada de uno u otro modo con el comunismo, sea actuando éste como emisor o como receptor, está compuesta por tres niveles que son:

  1. El comunismo actuando como emisor esparce la crítica hacia el enemigo como parte de las armas usadas contra éste y cuyo objetivo es su destrucción.
  2. Hacia su propio interior como autocrítica, utilizada como método de depuración y fortalecimiento de sus filas y su accionar.
  3. Hacia la disidencia y las izquierdas en general para restablecer constantemente y mantener depuradas las fronteras entre la crítica comunista y todo otro tipo de crítica confusa y difusa, cuando no de silencio, sobre el sistema de dominación de la gran propiedad sobre la sociedad.
  4. El comunismo actuando como receptor de la crítica proveniente del enemigo y  cuyo fin es la desintegración de las filas del comunismo mediante la generación confusión, desaliento, y dispersión interna. Qué tanto cale ese tipo de crítica va a depender del nivel de claridad y cohesión interna alrededor de los objetivos que de acuerdo al contexto hayan sido definidos a partir de la crítica comunista.
  5. Cuál será el efecto de la autocrítica comunista sobre el comunismo mismo dependerá del apego a los principios y la formación comunista de sus filas y la firmeza en el mantenimiento de sus propósitos sin importar agresión, chantaje de vida suave, comoda, o confusión generada adrede por el enemigo.
  6. La receptividad o rechazo de la crítica proveniente de la disidencia y las izquierdas en general guarda estrecha relación con el  grado de conocimiento del historial de comportamiento de cada segmento de este sector porque la disyuntiva de responder con  receptividad o rechazo ante este tipo de crítica no se resuelve estableciendo  de una vez y para siempre la aceptación o el rechazo sino que es una respuesta que se define y genera en el terreno en el día a día.    

¿Cuál es el origen de la crítica disidente y de las izquierdas? El rechazo total o parcial de la historia transcurrida del comunismo. Así, hay quienes rechazan un bloque de esa historia y aceptan el resto. Otros aceptan otro bloque y aceptan el resto, otros la aceptan en su totalidad pero contextualizando cada acontecimiento y buscando tener explicación del por qué ocurre tal o cual fenómeno en la historia del comunismo. También están quienes aun proclamándose comunistas rechazan en su totalidad la historia de este sistema y plantean algo totalmente nuevo y desligado de esta herencia. Otros la aceptan mínimamente, otros mayoritariamente; en fin, que por esa vía hemos venido a parar a esta situación de reparto de la crítica entre la disidencia y las izquierdas que en el fondo poco aclaran y definen respecto a la caracterización de la situación actual y sobre la selección de las tereas para la época.

V

EL DESARROLLO DEL COMUNISMO Y SU PRESENCIA HOY

Dese el punto de vista estructural la realidad del comunismo en la actualidad es que su existencia discurre bajo un patrón un tanto novedoso en el que predomina el hecho de la presencia de estructuras partidarias que se proclaman comunistas, de movimientos que se proclaman comunistas, de independientes que se proclaman comunistas sin que ninguno de estos segmentos pueda explicar y argumentar objetivamente, sin dogmas ni prejuicios, en estos momentos que una de estas formas se ve favorecida por el curso de los hechos históricos.

Pero sí es posible dar algunas pinceladas en torno al hecho de que  cada una de estas formas expresa en su accionar el pro y el contra respecto a favorecer o perjudicar la continuidad del desarrollo del comunismo.

LA EXPRESIÓN ESTRUCTURAL PARTIDARIA

Características:

Centralización, lo que imprime un carácter rígido a la estructura

Clandestinidad, por lo que la estructura y sus integrantes son invisibles para la sociedad

Conexión práctica indirecta con la sociedad, es decir, a través de organismos intermedios (híbridos)

Relativa ventaja en sus intervenciones teóricas o prácticas en su impacto pues en ese sentido  supone la confluencia de voluntades hacia un centro único vía la centralización

Espacio propio y específico dentro del escenario de las estructuras políticas

No existen voces, solo la voz oficial de la estructura, elemento que en el contexto de la sociedad de la comunicación priva a la sociedad de conocer cómo piensa el comunista, no el comunista abstracto de la estructura a nombre del cual emite la estructura por medio de un vocero, sino el de carne y hueso que como individuo se ve impactado como todos por los mismos fenómenos de la sociedad de la que forma parte.

Por norma, salvo las excepciones que nunca faltan en cualquier lado, el comunista está compelido a adquirir preparación en el conocimiento general de los temas mediatos, inmediatos y de largo plazo que tienen que ver con la sociedad, e incluso, con las amplias posibilidades que existen hoy de incursionar en la academia y adquirir preparación en un área cualquiera del conocimiento, lo que lleva a que en las filas comunistas hayan muchos especialistas en diversas ramas de la ciencia y, en un medio como el actual, esto habilita aún más al comunista para exponer ante cualquier problema o necesidad de la sociedad y confrontar y contrastar sus criterios y respuestas con los agentes del sistema. 

Por lo anterior, aparece como una  contradicción mantener la estructura comunista con carácter clandestino, como una estructura anónima.

Por igual, en una sociedad de alto dinamismo como la de hoy, los niveles de rigidez que en mayor o menor grado se traducen en la falta libertad de pensamiento que supone la centralización, esto afecta el desarrollo integral del comunista a la luz de las exigencias históricas del presente y el futuro.

Por ejemplo, en Latinoamérica ya le será muy difícil al enemigo secuestrar y retener, como ocurrió en el pasado, el derecho de los comunistas a participar de las decisiones de las mayorías por medio de las intervenciones públicas como lo es el voto, por ejemplo, pero si la sociedad no tiene a mano ni el perfil ni las respuestas que tiene el comunista para las distintas necesidades, entonces no tiene el insumo necesario para sopesar y valorarlo en su justa dimensión vía abrirse espacio en la sociedad como comunista y estar disponible para cuando la sociedad lo necesite en una función pública a través del voto.

LA EXPRESION INDEPENDIENTES

Si tener que ir muy lejos en la búsqueda de las razones por las que existe un relativamente amplio número de personas con formación comunista que a la vez están independientes, encontramos entre Los motivos más comunes los siguientes:

Ya quedó en el pasado de la historia la condición que permitía sostener que no existe comunista fuera del partido.

Más aun, lo que es de notarse es la ausencia misma de la estructura que pueda ser identificada como EL PARTIDO COMUNISTA.

En función de esto, la necesidad de tomar distancia de las que se hacen llamar estructuras comunistas partidarias.

La militancia comunista independiente tiene como seguro de permanencia el grado de definición y formación comunista adquiridos, lo cual depende del grado de conocimiento y definición alcanzados en torno a qué es el comunismo y cuáles son sus objetivos en el tiempo

Dependiendo de lo anterior, será la fuerza del compromiso con la que se sienta atado de manera radical y permanente a la lucha por la transformación social

En materia de vínculo que garantice el cumplimiento del compromiso de lucha del militante comunista independiente con su entorno social-histórico, éste dispone de dos espacios: el vínculo cultivado  entre las filas del ambiente comunista y el vínculo con el espacio de su vida cotidiana (familia, trabajo,  estudio, cultura, deporte, recreación, vecindad, etc.)   

La ruptura con la noción de militancia con sentido de inmediatez en el tiempo, la cual puede estar relacionada  con poner el énfasis de la militancia comunista en el factor político.

La militancia comunista independiente con permanencia en el tiempo puede cimentarse en una base de  largo alcance como lo es el elemento cultura comunista y que a futuro bien puede ser la ruta que siga el elemento comunista a existir, no como segmento aparte de la sociedad, sino teniendo como escenario el hábitat común y corriente de todo miembro de la sociedad pero que se distingue por su formación comunista que defiende, practica y promociona en el seno de la sociedad como un compromiso con el desarrollo de ésta.

Así, la lucha política y económica (de impacto más breve y volátil en el tiempo en el tiempo) jalonan y mutan en la transformación cultural que es de largo alcance.

Las limitaciones del comportamiento comunista desde el independentismo se pueden observar en lo siguiente:

Vulnerabilidad, fragilidad y debilidad que, dependiendo del grado de definición y formación adquiridas, pueden llevar al militante comunista independiente a reaccionar reconociendo sus limitaciones y disponerse a superarlas para conservar la condición de militante comunista, o en cambio perder el rumbo y rendirse ante el enemigo a través de las múltiples sutilezas normales que despliega éste para atrapar y retener en sus  redes a la gente.

No haber alcanzado a resolver su status dentro del ambiente comunista y en los hechos mantener teorías y prácticas cónsonas con el sistema que dice rechazar y combatir y/o simplemente acomodarse a versiones disimuladas de éste.

Extremar las diferencias con todo el mundo dentro del ambiente comunista al grado que lo posicionen en un independentismo lesivo para sí mismo, para el resto de la militancia comunista y para la causa comunista misma.

Alta sensibilidad e inclinación a la crítica a diestra y siniestra, a la crítica irracional a todo lo que dicen y hacen los demás, situación que puede conducir a la sobrevaloración de sí mismo y la  subvaloración del otro. 

LA EXPRESION MOVIMIENTO

En primer lugar, esta versión del ambiente comunista es hija del híbrido estructural fomentado por la estructura comunista cerrada, vertical y centralizada que, al priorizar la vigencia en el plano interno de los esquemas clásicos mientras la sociedad siguió evolucionando, lo que llevó a la estructura comunista a quedarse  sin la posibilidad de integrarse y/o establecerse como espacio directamente activo del entorno social del que es parte y ser reconocido por éste.

En segundo lugar, es una franja identificada como sector “Democrático” a través de la cual la estructura comunista aspira a establecer espacios de comunicación con la sociedad. El caso es que a esos híbridos se vinculan gentes que asimilan algunos elementos de comunismo pero como no es un proceso que se da en un ambiente de definición y formación integral, entonces esa gente conserva tanto de comunismo como de formación pro-sistema, con la consecuencia de que en cualquier momento el sistema la coopta.

Son personas que están ahí, aparentemente un poco quedados a medio camino pero que finalmente se orillan fácilmente al sistema.

Esa situación se reproduce a diario en todo el ambiente comunista y en todas las esferas del accionar del ambiente comunista y en intento constante del proceso de acercamiento a la sociedad y de reclutamiento de nuevos militantes comunistas donde unos (posiblemente los menos) alcanzan el umbral de definición y formación suficiente para asumir el compromiso de por vida, otros quedan en posiciones intermedias y otros simplemente retroceden.

Como fenómeno propio de la época, se puede dar por un hecho que existe en cualquier parte del mundo que, minado a partir de un momento determinado por la estructura comunista, ésta siguió evolucionado en términos iguales o parecidos a lo que ocurre  en otros lados. En unos casos más pronunciados y en otros más atenuados pero en fin, reproducción de manera irreversible del mismo fenómeno.

Santo Domingo 30/7/2022

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