M. Harnecker
PASOS PARA LOGRAR LA UNIDAD DE LAS FUERZAS REVOLUCIONARIAS,
Por Héctor Hernández
Buen día camarada Claudio. En general, este artículo de M. Harnecker que me has enviado titulado PASOS PARA LOGRAR LA UNIDAD DE LAS FUERZAS REVOLUCIONARIAS, es un buen trabajo. Un dato del que carece y que siempre es importante es la fecha en la que lo escribió.
Ahora bien su contenido, y el de otros trabajos tan interesantes como este, necesita ser interpretado y readecuado en función de la realidad de este siglo XXI.
Si en el actual contexto quisiéramos reutilizar la metáfora del Árbol que fue usada por Fidel en aquel contexto del siglo XX para describir el proceso que estaba en curso, desde mi punto de vista parece más adecuada enfocarla, no a partir de la raíz que ya sembrada da origen al tronco, sino asumir como referente el momento anterior, es decir, el grano del que salen las raíces y de éstas el tronco. ¿Cuál es el grano? Es la herencia general del programa o respuesta Socialista con la que cuenta la sociedad a partir del siglo XIX ante el dominante sistema capitalista. Fruto del enfrentamiento entre el uno y el otro, ambos han visto modificada su condición de existencia y la de la sociedad en la que operan y cohabitan en situación de lucha.
Como son los dos sistemas que, al día de hoy, están disponibles como respuestas ante la sociedad para encaminarla en un proceso cíclico hacia una u otra dirección, que ella (la sociedad) va registrando en el contenido del que está llena o del que se va llenando.
Un eje fundamental para orientarnos en torno al significado de las transformaciones ocurridas en las condiciones internas de cada sistema y que marcan a la sociedad de hoy es el siguiente: En la carta que envía a Joseph Weydemeyer el 5 de Marzo de 1852 desde, Marx le deja claro lo siguiente: 1) “que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases”
Si desglosamos por medio del análisis una por una estas 3 conclusiones a las que arribó Marx en 1852, nosotros hoy podemos trabajarlas mediante las siguientes aproximaciones:
- “la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción”.
Marx, como investigador riguroso, se limita a dejar constancia de la conclusión sin aventurarse a hacer conjeturas de cuándo, cómo y dónde eso deberá ocurrir y de las condiciones históricas que el propio desarrollo habría de generar y que harían arribar a ese punto. Eso lo dejó a las futuras generaciones de comunistas que vivieran esa experiencia.
¿A 105 años de inicio de las transformaciones socialistas de la sociedad existen hoy las condiciones históricas de desarrollo para que se le preste atención a esa tarea pendiente? ¿Corresponde a la actual generación de comunistas hacer frente a la misma? ¿Se han transformado lo suficiente las clases y sus condiciones de existencia como para arribar a la conclusión de que ya la lucha entre los dos sistemas erigidos en el siglo XX a partir de las clases obrera y burguesa como fuerzas dirigentes, no es ya el eje alrededor del cual gira la transformación de la sociedad?
Veamos: el referente para dilucidar este asunto es el tipo de capitalismo cuya vigencia arroja como producto las clases y la lucha entre ellas llevada al grado de desarrollo en que las clases alcanzan su punto de expresión y se valen de ésta para resolver la cuestión de la propiedad de los medios de producción, es decir, ¿propiedad privada o propiedad pública? En otras palabras ¿Dominio de la propiedad privada sobre la sociedad o control de la propiedad privada por la sociedad? Tan simple como eso. ¿Cuál es ese tipo de capitalismo? Es evidente que por el nivel de desarrollo a que corresponde no puede ser otro que el CAPITALISMO INDUSTRIAL generador de la clase capitalista industrial y de la clase obrera. A finales del siglo XIX hace su aparición la etapa del CAPITAL FINANCIERO como sustituta de la etapa del capital industrial. Las sociedades que a ese momento no habían alcanzado un grado suficiente de desarrollo independiente del capitalismo cayeron y permanecieron bajo el modelo de CAPITALISMO DEPENDIENTE.
En lo adelante, esta nueva condición de existencia del capital trajo consigo un Stop en el desarrollo Nacional e independiente no sólo del capitalismo y su clase, la burguesía, sino también de la clase obrera a nivel local. Esto, en lo que se refiere a las limitaciones impuestas al desarrollo de la clase obrera desde la propia dinámica interna del capital.
Veamos ahora la otra vertiente desde la cual, al desarrollarse, aparecen elementos que implican, no el estancamiento y retroceso de la clase obrera en su desarrollo como sucedió con el paso dado por capitalismo, sino el inicio de su superación histórica como parte del desarrollo general de la historia. Me refiero al hecho de su constitución en clase política, condición que alcanza a través de los partidos comunistas y dentro de éstos, específicamente aquellos que reunieron las condiciones de instalar el sistema socialista como sistema de estado. No es que los PC que no alcanzaron a llegar a ese sitial no sean parte de las condiciones históricas generadas por ese movimiento. Lo son como parte del fenómeno general, como movimiento encernado en la estructura política de la clase obrera, pero el vértice del proceso lo constituyen las estructuras comunistas que agotaron el ciclo completo de nacer como expresión política de la clase obrera y desarrollarse hasta alcanzar a ser parte constituyente del estado socialista. Pero en ese propio desarrollo de la clase obrera que le permite dar el salto de clase económica a clase política, en ese hecho está envuelta la condición de su propia negación histórica como superación, pues su ejercicio del poder político profundiza la superación de sus fronteras de clase económica que había sido hasta el momento en que se constituye en partido político.
Con el ejercicio del poder político, lo que va dejando la clase obrera como herencia a cualquier estamento de las masas trabajadoras o de las grandes mayorías, si ese fuera el caso favorecido por las condiciones históricas, que pueda alcanzar el status de fuerza política que confronte y venza políticamente a cualquier expresión de la clase burguesa dominante. Con esto, la lucha por la transformación de la sociedad burguesa actual adquiere la categoría de hecho no sólo económico sino también ideológico y cultural, no importa si la fuerza que ha logrado convertirse en el referente de expresión política de las masas trabajadoras es su estamento obrero u otro estamento trabajador cualquiera; lo que importa es que en su accionar albergue el contenido y el interés del conjunto del mundo del trabajo a partir de la situación histórica dada.
B- “que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado”.
Esta conclusión no hay manera de entenderla asociada a la acción política de la clase obrera si no se la ve y analiza como una acción ejercida por la estructura comunista y desde la estructura comunista. Esta estructura hace la función no sólo de escuela política teórico-práctica en la que se entrenan y ejercitan para hacer realidad su poder político no sólo los miembros del estamento obrero sino todo y cualquier otro estamento proveniente del seno de las masa trabajadoras, con lo cual se va recorriendo y recogiendo la gran variedad de todo el espectro del mundo del trabajo, marcadas y definidas las características de cada caso del proceso por los factores tiempo y lugar.
Que en determinados situaciones históricas específicas se haga presente un régimen de dictadura hay que buscarle la explicación y lógica en la necesidad de hacer pasar a la sociedad por un periodo de asunción de pocos pero firmes y fuertes valores de comportamientos sociales asociados a una posterior etapa de desenvolvimiento en relativa plena libertad individual que nunca puede llegar a ser contraposición de las normas aprendidas e interiorizadas como garantía de la convivencia social humana. El paso de la sociedad por esa fase de dictadura, en los casos requeridos, no puede ser visto y valorado con la vara de la parcialidad. Debe transcurrir bajo el carácter de aplicación a la universalidad de las deficiencias en el comportamiento: sea la herencia de la explotación de unos seres humanos por otro; sea la no observación de las diferencias naturales mujer-hombre; sea la evasiva ante la necesidad, enlazada al desarrollo de la sociedad, de observar y mostrar interés por el tratamiento de los problemas que afectan a la sociedad a partir razonamiento, la ciencia y la tecnología. Vista desde esta perspectiva, la dictadura va rebasando el perfil del contenido político-clasista hasta desembocar en el contexto de la lucha entre lo rezagado, lo anticuado, la retranca, por un lado y, por el otro, lo adecuado al modelo social de hoy, lo racional a partir de la humano.
- “que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases”
En el desarrollo de las consideraciones sobre la conclusión 2 se ha avanzado en la respuesta a la conclusión 3 ¿Qué más se podría agregar para completar una aproximación de respuesta a la conclusión 3? Lo siguiente: Conjeturando acerca del posible curso que siga América latina al sumarse y dar continuidad al proceso de superación del contexto clasista emprendido por otras zonas del mundo, dada su condición de cuasi parte directa del ambiente USA EMPIRE, condición que ha sido trabajada y profundizada por la mancomunidad de las elites gran propietarias privadas de la región y de las del imperialismo, las masas trabajadoras y las grandes mayorías en general posiblemente vean encadenado su proceso de emancipación a momentos importantes de derrumbamiento de parte del poderío imperial USA ocasionado por sus enfrentamientos con los grandes poderes del Este europeo y de Asia.
No sería nada nuevo pues ya ocurrió en el proceso de liberación de las metrópolis europeas y de construcción del sistema republicano en Latinoamérica y en cuyo lomo se montó la dominación ejercida hasta ahora por USA EMPIRE.
¿Contando hoy con sociedades en las que el propio desarrollo ha rebasado la presencia de una clase obrera dirigente y habiendo sucedido lo mismo en los países que por el peso ejercido por el sector trabajador campesino le tocó asumir también ese rol dirigente, cuáles resortes de carácter material y de carácter ideológico avalan la lucha por la instauración del socialismo en sustitución del actual orden dominante? De hecho, si se toma en cuenta que, como registra la historia, inicialmente el socialismo expresaba los intereses de la clase obrera en una Europa Occidental con una configuración de desarrollo urbano, al extenderse el movimiento comunista a las regiones del mundo de base campesina como Asia, ya con esto el proceso incluyó como estamento activo de dirección en la lucha al estamento trabajador campesino. Ya hoy, después de las transformaciones ocurridas al desintegrarse el Sovietísmo y entrar en vigencia el modelo de sociedad de libre mercado, constituyéndose éstos hechos en partes fundamentales de la superación de los modelos de sociedad con predominio obrero o campesino, pasan a ser entonces otras las condiciones y parámetros que se requieren para la instauración del Socialismo. Otra elemento que surgió en medio del combate entre las clases y que se sumó a las otras condiciones que debilitaron el nivel de incidencia de la clase obrera fue el desarrollo de la tecnología que incorporada a las maquinas- herramientas como adelantos aplicados a la producción, desplazó a miles de obreros de sus puestos de trabajo, mandándolo a otros quehaceres productivos marginales.
Ya con un siglo de existencia del Socialismo operando como sistema de estado, la parte de la sociedad interesada en su instauración cuenta con una herencia metodológica y cultural que tiene como epicentro al ser humano y no a la propiedad como ocurre con el actual sistema dominante, herencia a la cual tendrá que recurrir toda fuerza que en cualquier país aspire a ser la expresión de los intereses de la nueva sociedad.
Por otra parte, un perfil que ha de diferenciar e identificar a la nueva sociedad es la superación de los marcos de RIQUEZA Y POBREZA. En ese sentido, de hecho ya el enfrentamiento entre las actuales grandes potencias ha comenzado a actuar como reforzador de las condiciones generales que necesita la sociedad para entrar en un estado de vulnerabilidad de la existencia tan frágil que comience a hacer pensar a las grandes mayorías en la necesidad de producir cambios revolucionarios que en este tiempo, para ser tales, no pueden ser otros que los cambios socialistas. Es decir, ese enfrentamiento se está tragando parte de la riqueza no sólo de los países directamente involucrados sino que, debido a la cada vez más tupida red de interconexión internacional en la que viene envolviéndose el mundo, la riqueza, la seguridad, la tranquilidad, el sosiego, son parámetros cuya estabilidad o inestabilidad hace tiempo que parten del referente de la esfera internacional general y no del aislado espacio interno de cada país porque ya tal espacio no existe.
Así, las exigencias de ese enfrentamiento comenzarán a demandar de sus respectivos centros de mando no sólo más expoliación de las riquezas de los países que controlan y cuando ya, por la razón que sea, no puedan seguir aumentando el expolio, entonces plantearán a las elites gran propietarias privadas de todo el mundo la necesidad de disponer de sus riquezas para sostener en el tiempo el conflicto. A partir de esas condiciones, el proyecto de nueva sociedad tendrá la excelente oportunidad de búsqueda de niveles moderados de recursos que permitan el bienestar social colectivo y no la riqueza que tiene como condición de primer orden generar la mayor y más profunda pobreza para que pueda darse el fenómeno de la acumulación de inmensas riquezas en manos privadas.
Santo Domingo, Enero/2023