HomeCaras y Voces desde la IzquierdaEl Análisis del Proceso Soviético en las Manos de Leninistas, Trotskystas y...

El Análisis del Proceso Soviético en las Manos de Leninistas, Trotskystas y Stalinistas

Por Héctor Hernández

Aparte del enemigo frontal (la élite gran propietaria privada) que tuvo el sistema soviético, el otro frente que con sus acciones ha contribuido al intento de invisibilizar su historia es el frente que proviene de Leninistas, Trotskistas y Estalinistas.

Cada corriente de ésta asume el sovietismo desde su óptica particular y cada elemento componente de esta historia adquiere validez o invalidez dependiendo de la  visión de cada una de ellas.

La continuidad del proceso de desarrollo del comunismo ha convertido hoy en un asunto de conciencia histórica la necesidad del establecimiento del valor del hecho histórico (la URSS) como tal en su unicidad, por encima de los diversos matices que efectivamente marcaron el sovietismo.

¿En qué consiste la unicidad de ese proceso? En lo siguiente:

Fue el fruto de las leyes objetivas que regulan el curso de los hechos histórico-sociales expresadas en esta ocasión en que, por un lado, la burguesía había perdido ya el potencial de la continuidad, la  progresividad y el desarrollo del proceso de cara a las necesidades de las grandes mayorías del pueblo ruso, y por el otro, la corriente comunista había emergido  con las debidas condiciones para convertirse en la fuerza dirigente del proceso; de tal modo que la condición de impotencia de la burguesía para terminar con el viejo sistema feudal se tradujo en la puerta que abrió el triunfo del comunismo en 1917. Pero no fue esa la primera vez en que se puso de manifiesto esa  impotencia histórica de la burguesa rusa. Recuérdese que antes de la existencia del comunismo (1812) hasta el viejo régimen zarista ruso derrotó a la crema y nata de la revolución burguesa de aquellos momentos: los hijos de la revolución francesa con Napoleón a la cabeza. 

El carácter objetivo de los hechos envueltos en el proceso determina que éstos pueden ser conocidos y modificados hasta ciertos límites impuestos por el contexto histórico pero jamás eliminados o transformados en su contrario por medio de la intervención humana, ya se trate de una de sus partes o del todo.

¿Cuál fue, en el caso ruso, la relación entre esas leyes objetivas y el comunista? Que éste, mediante la investigación y el análisis llega a conocer esas leyes, su sentido histórico, su corporeidad en la inquietud, la efervescencia y la disposición de la sociedad rusa a cambiar de rumbo, lo que por igual se ponía de manifiesto en  las conducta de las grandes mayorías que eran movidas por tales leyes pero no como sujeto consciente sino como masa que solo atinaba a sentir la necesidad de cambios. Así, conocidas esas leyes por el comunista, éste se traducde en un catalizador, en el sentido químico del concepto, entre el curso que siguen ellas (las leyes) y la necesidad de las masas, entrando el comunista como factor cualitativo mientras las masas entran como factor cuantitativo en ésta interrelación. Parte de la misión del comunista en su rol de catalizador de las transformaciones era reconocer cuándo el proceso demandaba ser acelerado o desacelerado en el ritmo de la marcha.

¿A través de cuáles hechos se tornan asequibles a la experiencia comunista las referidas leyes que, hay que decirlo, en su estado no trabajado se presentan como fenómenos abstractos? A través de hechos como los siguientes:

La muerte de Lenin, provocada por un atentado planificado y ejecutado por el enemigo, a partir de la visión de que al poner fin a la vida de Lenin se ponía término a la revolución o que, en todo caso, la dejaría en unas condiciones en la que sería posible el asalto, descarrilamiento y destrucción de ésta. Pero la continuidad de un proceso de transformaciones revolucionarias que descansa en el cambio de un tipo de propiedad (privada) por otro tipo de propiedad (colectiva) no depende y no puede depender de la voluntad, la subjetividad y la fragilidad humana. La muerte de Lenin no alteró el curso fundamental del proceso y más bien, como es lo lógico en tales casos, su efecto fue dar vigencia a mayores niveles de definición de la ruta a partir de tal acontecimiento y la profundización de su radicalidad.

Aquí en Latinoamérica tenemos dos experiencias con resultados similares.

En sus inicios, el proceso revolucionario cubano no estaba configurado como de corte socialista pero desde el acceso del movimiento 26 de Julio al poder en 1959 el imperio yanqui empezó a hostigar y a asediar al nuevo gobierno y como no pudo hacer variar el curso de los hechos ¿Qué pasó? La revolución, poniéndose un seguro de invulnerabilidad, se declaró de carácter Socialista.

El otro caso es el venezolano: ya hoy es voz populi que Estados Unidos provocó la muerte del líder del proceso revolucionario venezolano Hugo Chávez. El enemigo calculó que variando el método de ejecución del crimen respecto a experiencias pasadas podía obtener resultado distinto pero una revolución no es un hecho común y corriente y mucho menos de carácter antojadizo.

El asunto es que para el enemigo el resultado fue el mismo en los tres casos aunque quiso ejecutar su plan implementado métodos distintos: A Lenin le entra a balazos y le provoca la muerte poco tiempo después, a Cuba le echa encima la pólvora de bahía de Cochinos, a Chávez le envenena su cuerpo. Pero el resultado es el mismo: mayor grado de definición de los objetivos históricos, a cuya consecución sirve el correspondiente proceso en el tiempo que corresponde y no en otro, mayor escalamiento del compromiso por parte de las fuerzas habilitadas para servir de logística al logro de los fines de la revolución.

Pero aunque con motivos distintos a los del enemigo, los hijos de la evolución rusa y  los descendientes de ésta a nivel internacional no llegaron y aún no han podido llegar en sus análisis a ver el carácter objetivo de ese proceso como el de las propias leyes que la sostuvieron y han creído estar frente a un hecho manipulable subjetivamente.

El tiempo actual está demandando de todo aquel que se proclama comunista el necesario reenfoque de la historia del sovietismo como un importante requisito para poder arribar hoy a conclusiones coherentes sobre las respuestas a dar a los problemas de la sociedad por la revolución; en este sentido y para los fines del análisis, es hora de despertar de los letargos del sectarismo, del dogmatismo y del empírismo que impiden ver la objetividad, la integridad y la unicidad del proceso soviético y de todo acto y/o proceso de transformación comunista.

Santo Domingo, Noviembre  2022 



i crees que lo que hacemos es importante; aqui puedes apoyar nuestro trabajo

“Me Gusta” en Facebook , regístrate y activa la campanita.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments