“Quien crea la riqueza es el que vive en la pobreza, y mientras más riqueza produce, más pobreza lleva en su vida personal y familiar.“
Por Juan Fermín
Los pueblos y dentro del conjunto de las clases o de los grupos que existen en el corazón de los pueblos, está el proletariado, en materia, cuerpo, alegría, sufrimiento y rebeldía, el proletariado productor de riqueza, pero la vaina es, que quien crea la riqueza es el que vive en la pobreza, y para el colmo, mientras más riqueza produce, más pobreza lleva en su vida personal y familiar.
Pero a la vez, hay algo bien importante, que el proletariado es la fuerza motriz más revolucionaria del bloque de los oprimidos, el proletariado también tiene sus sueños, y esos sueños, tienen que ser alimentados con la claridad que brinda la teoría crítica del marxismo y de la teoría crítica del fetichismo, que también es subjetividad social, así como la conciencia social y el propio ser social. Además, en el centro del corazón del pueblo, camina el proletariado, para terminar con la dispersión impulsada, desde dentro y desde afuera, del movimiento revolucionario, pero el pueblo de manera colectiva, produce la historia, pero también tenemos que dejar de repetir la concepcion de la historia idealista, que nos enseñan en la escuela del sistema burgués, porque ni las personalidades ni los mesías con proyectos personales ni los egocéntricos ni los caudillos ni los iluminados hacen la historia, la historia la hacen los pueblos.
De las personalidades, de los mesías, de los caudillos, de los iluminados y de los egocéntricos han salido dictadores, proclamando la “férrea disciplina” del partido, pero el proletariado y el socialismo lo que necesitan es democracia participativa.
Creemos firmemente, que cuando el proletario comprenda, y con este, las revolucionarias y los revolucionarios comunistas, que en el capitalismo y entre las clases sociales, lo que realmente existe, son relaciones de poder, entonces, la revolución socialista avanzará con el proletariado indoblegable y firme, por el poder.
Cuando proclamamos que hay que poner el marxismo en la vida del proletariado y al sujeto proletario en el centro del marxismo, es porque en parte de la historia del movimiento revolucionario dominicano, no se alcanzó poner el marxismo en la dimensión necesaria de la militancia ni el proletariado ha convivido en la vida de la izquierda con el marxismo.
Hay planteamientos políticos que quieren decir, pero la indigencia teórica se lo impide y lo desnuda, al señalar, que este momento no es de IDEOLOGÍA, sandeces, puras sandeces, si lo que hoy hay, es mucha hambre y mucha sed de ideología proletaria como de una correcta concepcion del mundo, y que la ideología y la concepcion del mundo les den sentido radical a nuestras vidas para continuar combatiendo al sistema capitalista guiado por el socialismo científico y la práctica revolucionaria.
El reformismo político de dirigentes y de organizaciones, que al poco tiempo entraron a conciliar con el enemigo, mientras el enemigo de adentro y el enemigo de afuera pretendían vender la idea, del “fin de la ideología” y el fin de la historia, como algo cierto, machacaron tanto el decir, de que se estaba ante el “fin de la ideología” y el fin de la historia, que hoy, muchos en la izquierda, todavía lo están creyendo y lo difunden “persuadidos” por el enemigo; viendo este señalamiento, decimos que estos pasan por un profundo desarme ideológico.
Para los finales de la década de 1960 y principio de la década de 1970, y transcurridos los años, llegamos al año de 1974, y veíamos cuando diversos dirigentes del Movimiento Popular Dominicano, MPD, anunciaban en rueda de prensa, que esa organización sancionaba a varios dirigentes, pero también se dividían orgánicamente, y desde ese momento, se produjo el DESMONTE del MPD, se desmovilizo a la mayor parte de la izquierda, se desmoralizó a muchos y se neutralizó a cientos de rebeldes de la base, por la incidencia que tuvo esta división orgánica, en el 1974, y dicha división socavó y debilitó la resistencia popular, por lo que de ahí en adelante, el reformismo servil ha dado mucha tela por donde cortar; al interior del MPD, una parte necesitaba mantener el control político y desde fuera, los enemigos reproducían el ejercicio del poder hegemónico.
Cuando estudiamos el pensamiento crítico de Marx, observamos que este construyó una teoría revolucionaria, enriquecida con la dialéctica materialista, la que se constituye en un arma toda poderosa para la crítica del reformismo, por esta razón Luis Althusser combatió tanto la dialéctica materialista.
Las revolucionarias y los revolucionarios comunistas, tienen tantas hambre y tantas sed de ideología, porque la verdad nos conduce a la lucha en su mayor dimensión y a la confrontación ideológica, teórica, política y práctica por la toma del poder burgués.
Por todo lo antes dicho, se hace necesario, poner el marxismo en la vida del proletariado y el sujeto proletario en el corazón del marxismo revolucionario.
JF.
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