HomeIzquierda“Las Mercedes, Frank y los panfletos”

“Las Mercedes, Frank y los panfletos”

“Con perdón de la expresión, Trujillo es una Mierda”
Union de Grupos Revolucionarios Independiente

Por Giannella Perdomo Pérez

Aprovechamos la festividad del día de Las Mercedes para reunirnos con motivo de la llegada al país de nuestro entrañable  condiscípulo y amigo,  *Frank Pérez Saleta,  residente en el  extranjero, razón  que nos impide compartir tan a menudo como lo hacíamos en Santiago de los Caballeros, mientras estudiábamos en el Liceo Secundario  “Ulises Francisco Espaillat”.  
En 1963, en Santiago. Desde la derecha, Octavio César Martínez, Manuel Bueno Pérez, Virgilio Perdomo Pérez, Frank Pérez Saleta, Nelson Rodríguez, Miguelina Contreras. Debajo: una persona no identificada, Carmen y Rosa María Jorge, Héctor Genao y Milito Jorge.

(De pié, izq.  a  der.:  Miguelina Contreras, Nelson Rodríguez, *Frank Pérez Saleta, Virgilio Perdomo , Manuel  Bueno (Panfletero) y Octavio  César Martínez;  en cuclillas, izq. a der. : Héctor Miguel Genao, Rosa María Jorge, Mimilo Jorge,  Carmen Jorge, y desconocida. (Santiago de los Caballeros, 1962).

El hogar de Nelson y Margorie Rodríguez, acompañados de su hija Gladgorie y su familia, nos agrupó en una brillante mañana, sin olvidarnos del calor espantoso.  Un rico sancocho cibaeño, hecho por manos expertas de la cocina criolla, sería nuestro almuerzo.  Y que decir sobre el postre de apariencia apetitosa: típico coco rallado, un tanto latigoso, provocándonos probarlo a destiempo.    

Antes de comer y estimular el apetito,  unas cuantas gaseosas frescas, bautizadas con alguna que otras gotas de whiskey, sin que nos faltara un tinto chileno, riquísimo, que nos acompañó hasta la mesa.

Atropellados, como loquitos, ¡nos robábamos las palabras! Han transcurrido 5 décadas –y más-  sin habernos juntado.  Héctor Miguel Genao nos habló de sus recuerdos  en  las  manifestaciones   estudiantiles   organizadas   por   la   ANES –Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios- y la UER –Unión de Estudiantes Revolucionarios-, contra los rastrojos de la dictadura, que no sin hacer daños,  deambulaban por  la ciudad.  

En tono un tanto jocoso, Héctor Miguel también nos comentó las peripecias que debió hacer,  junto a Virgilio Eugenio Perdomo, más que su amigo, su hermano, -a quien no veía desde los días terminables de la revolución de abril del 1965-, mientras inspeccionaban la zona (1970), para crear las condiciones del posible desembarque  en las proximidades de Azua, a ser dirigido por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.             

Para nuestra reunión especial, invitamos a Elsa Peña Nadal, valerosa mujer,  identificada con la libertad de los pueblos y sus luchas democráticas. Integrada al grupo, tal cual colega  de larga data, compartió como una más. Me regocijé al notar que disfrutaba con nosotros.  

Imposible pasar por alto y no referirnos al atroz asesinato de Homero Hernández,   su esposo, perpetrado   durante el período de los letales 12 años del gobierno de Joaquín Balaguer, a quien  si las bestias negras de la noche no se hubieran ensañado contra él,  -aunque le dispararon en horas de la mañana-   el 12 de septiembre pasado celebraría sus 70 cumpleaños.       

Todos con sus historias, anécdotas  y vivencias, unidas a su piel como el primer noviazgo de la adolescencia. En su oportunidad, Frank recordaba la manera como se organizaron, formando una especie de fuerzas contra motines, para defender a los sacerdotes, amenazados por pandillas residuales del trujillato, carentes de todo escrúpulo.

Cuán desagradable e inaudito resultó para  Frank – y así nos  comentó-  haber sido detenido,  al igual que otros compañeros (1960),   por asistir a la misa que cada tarde, al finalizar nuestros estudios, escuchábamos en la Catedral Santiago Apóstol el Mayor. La detención en cuestión fue ordenada por Víctor Alicinio Peña Rivera, temible Jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM),   implicado, entre otras barbaridades, en el atroz asesinato de las Hermanas María Teresa, Patria y Minerva Mirabal.   

El Padre Daniel Antonio Cruz Inoa oficiaba la misa vespertina y un día cualquiera desapareció;  no volvimos a verle, tampoco saber de su destino. Transcurridos algunos meses, nos enteramos de su detención y posterior encarcelamiento.  

Cruz Inoa fue un conspirador contra la maquinaria del régimen implantado por Rafael Leónidas Trujillo.   Sometido a  vejámenes y torturas,  un sector del clero dominicano pidió su excarcelación al “Benefactor de la Iglesia”.  Viajó a Roma, sacado del país por sus compañeros de sacerdocio. Tan solo la diabetes y la pobreza fueron las malignidades capaces de terminar con su vida.   

Luego que “los muchachos” nos  ilustraron sobre las grapas que se tiraron en  todas las calles de Santiago,  preparadas de tal modo que al tocar el suelo,  la punta hacia arriba pincharía los neumáticos,  para impedir la asistencia masiva de fanáticos a la inauguración de la temporada de pelota (1959), Nelson  recordó los  “panfletos” – así  nombrados por los agentes del SIM-   y cómo se regaron en toda la ciudad.     

Como mudo testigo, me recreé con el relato de Nelson, porque escucharle es como ver una buena película.  Con mayor seriedad y su gesto alegre nos describió: “Miren, debajo de la casa de Wen –Wenceslao Guillén, líder del grupo- Manuel, en un trozo de madera, dibujó las letras del mensaje y utilizó un cincel para  dejarlas en relieve.(1)  Una vez que la “planchuela” estuvo lista, se sumergía en abundante tinta para lograr la impresión nítida de  los mensajes.  En el anverso   podía leerse:   

Descargar Frente panfleto.JPG (31.9 kB)

El reverso del volante provocó la ira del Dictador, motivó la prisión, desaparición y muerte de muchos jóvenes  que integraron el grupo U.G.R.I  – Union de Grupos Revolucionarios Independientes-, hoy reconocido como “Los Panfleteros de  Santiago”.  

C:\Documents and Settings\Geianela1\Mis documentos\Copia de iDorso panfleto.JPG

Surgió el silencio!… Margorie, inteligente anfitriona,  nos invitó a la mesa.  La gama de ricos olores que brotaban  de fuentes y platones muy bien presentados, nos regalaron  un alto en el camino.  El sancocho, a temperatura aceptable,  garantizaba que lo saborearíamos como muertos de hambre.  Servidas nuestras copas, momento que aprovechó Héctor Miguel  para “saludar” a tantos amigos que físicamente no están entre nosotros. 

Recordamos a Virgilio Eugenio, Homero, Amín, Manuel Armando, y tantos otros que sería imposible nombrarlos. Brindamos a su recuerdo  y nos dispusimos a comer embargados con sentimientos de nostalgia y alegrías por haber compartido con ellos en disímiles escenarios.

El postre de coco puso la nota alegre en la mesa y un aromático café cerró con broche de oro nuestro encuentro, que tanto en la adolescencia como en la plenitud de nuestras  vidas, atesoramos las experiencias de aquellos desagradables eventos y buenos momentos compartidos.  A ti, “Mercedes”, las gracias, porque al celebrar tu día, con rostros alegres, y los corazones plenos  de emociones,  nueva vez pudimos abrazarnos y reconfirmar nuestro cariño. Al despedirnos, ¡dejamos antorchas encendidas por los amigos, hermanos y compañeros que se nos adelantaron en el vuelo!   

giannellaperdomo@hotmail.com

  1. Una de las tantas versiones relacionadas con la confección del sello o plantilla para la impresión del volante.
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