Por María Luisa Núñez
Miembro del Foro por la Unidad de la Izquierda
EL SUEÑO.
Soñé que era parte de una gran reunión, donde participaban todos los militantes políticos revolucionarios dominicanos, al inicio de la reunión cada compañero y compañera debía identificarse en la puerta y dejar su equipaje. Pedro, quien era parte del grupo de los jóvenes organizadores del evento, le pregunta al primero de la fila:
Como se llama usted?
El señor respondió, “Yo me llamo Juan, tengo 65 años de edad y 45 (anos) en el proceso revolucionario”, y al mismo tiempo, que entregaba su mochila.
Pedro le pidió a Juan, que describiera el contenido de su mochila para que (esta) no se extraviara con (las mochilas de) otros asistentes del evento.
Juan dijo, mi mochila tiene muchas experiencias política acumulada (primero) en mi participación (PARTICIPE) en la Guerra de Abril (de 1965, en el 1j4, (en) el MPD, (en) el PCD, (y) en la lucha contra la dictadura de Balaguer, (contra) los gobiernos corruptos del PRD, (y del) PLD, contra los imperios y la oligarquía dominicana. Además, traigo en ella, mi traje de prepotencia, de sabe lo todo, de señoría en la política, el individualismo, mi gran ego (personalista), muchas teoría marxista –leninista, trotskista, maoísta y estalinista.
Junto a esto, están mis anécdotas de momentos heroicos donde estuve a punto de perder la vida, (con) la disertación de grandes discursos, etc. ..
Dice Pedro, “señor Juan, su mochila tiene un espacio vació.”
Si, tiene razón joven, yo olvide poner en ella la humildad ante la crítica de mis compañeros y la disposición de mejorar, la solidaridad, el don de la unidad y el fuerte ideal revolucionario, donde la patria fuera la primera en la lista de mis prioridades.
Cuando Juan, finalmente se deshizo de la mochila, su rostro se rejuveneció y su cabeza gris adquirió tonalidad de juventud. Juan tomo la silla y con ella la firme decisión de poner al servicio de la nueva generación de revolucionarios (y de revolucionarias) su experiencia y su compromiso con la patria.
Así como Juan, fueron desfilando otros y otras militantes revolucionarios, y a casi todos le faltaba en su mochila, la convicción de revolucionarios, como Juan Pablo Duarte, Juana Saltitopa, las Hermanas Mirabal, Fernández Domínguez, Hilda Gautreaux, Maximiliano Gómez (El Moreno), Amín Abel, Otto Morales, Mama Tingo, Francis Caamaño y Orlando Martínez, (todos estos revolucionarios y revolucionarias) estuvieron dispuestos a dar su vida por la patria.
De pronto sentí una mano fuerte que me tocaba, y me decía, María, tu estudio ha terminado ya puedes irse.
Maria Luisa Núñez
New York
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