Por Matías Bosch Carcuro
Central Romana abastece las tres cuartas partes del azúcar consumida en Estados Unidos, salidas directamente del Este dominicano.
Ahora su nombre salta en una febril opereta de supuesta guerra patria, ya que la Aduana de Estados Unidos ha decidido prohibir las importaciones de su producto.
Los partícipes de la opereta pseudosoberanista actúan muy parecido (en algunos casos son los mismos) a los que defendían las empresas del tirano Trujillo como si fuesen emblemas y propiedades realmente nacionales; pero ahora es más ridículo y mucho más vergonzoso. Y en esa ridícula puesta en escena de un Guacanagarix en la peor versión, aprovechan de validar su entreguismo y su satisfacción de que el trabajador del país, incluyendo el haitiano, sea una masa arrodillada, aplastada y sumisa que se exprime y deshecha.
Central Romana es una empresa NORTEAMERICANA y como tal lleva años envuelta en investigaciones sobre su violación a regulaciones norteamericanas e internacionales sobre trabajo y medioambiente.
Su más reciente fracaso fue hace poco, cuando fue rechazada su postulación a la certificación de sostenibilidad social, ambiental y laboral de la organización BONSUCRO, de sede en Londres
BONSUCRO rechazó certificar a Central Romana por las graves denuncias y evidencias en su contra. Es tan serio que el expediente está en la Corte Federal del estado de La Florida, mientras la soberana Justicia dominicana…bien, gracias.
Según sacerdotes dominicos, nadie en El Seybo puede olvidar los crueles desalojos perpetrados por la Guardia Campestre de Central Romana en 2016, así como “las condiciones de trabajo precarias, el incumplimiento de las leyes locales, el trabajo infantil y forzoso, la transformación de suelos con gran biodiversidad para la producción de caña de azúcar, el escaso rendimiento de la cosecha, la contaminación por fuga de fertilizantes, la falta de integración con las comunidades locales, los efectos adversos por el suministro de agua, las problemáticas con el derecho de tierra y el incumplimiento de leyes y acuerdos internacionales”.
Con los datos oficiales del Estado dominicano, el 85% de la zafra 2020-21 estuvo en manos de DOS EMPRESAS privadas: una es Central Romana (EEUU) y la otra ed CAEI (Vicini). Las otras dos empresas son del Estado. Es es resultado concreto de la política de privatización neoliberal con que la clase politica dominicana, transversalmente, entregó y desguazó los ingenios, el CEA y sus tierras, la electricidad, las empresas estataled, la salud, las pensiones y un largo etcétera.
Y, al hablar de riqueza, aunque en la mencionada zafra se exportaron en total 152 millones de dólares, la gran noticia del Estado dominicano para LA CLASE TRABAJADORA fue un “diálogo” para que desde 2022 los que trabajan ahí ganen 9,600 pesos al mes, equivalentes a menos de 200 dólares; una miseria más aún cuando sabemos que el grueso de los trabajadores cobran si hay caña y según se pague. El salario es un mito.
Y para colmo, se siguen muriendo los viejos cañeros y sus familias, asaltados en una pensión para la cual cotizaron, les vuelven a prometer en cada elección y les niegan en el día a día de sus casuchas llenas de miseria.
Estados Unidos no está para defender soberanía dominicana, patria a la que han invadido y ocupado dos veces y han tratado como colonia desde el siglo XIX, incluyendo en el azúcar que controlaron por mucho tiempo salvo cuando Trujillo usó el Estado para hacerse dueño y señor de la industria. Pero mucho menos estarán para defender la soberanía los que se inclinan a besar los pies de una empresa extranjera. Entre ambos sigur atenazada la suerte dominicana.
Para defender la patria habría que defender la producción nacional, las empresas públicas, la tierra y las aguas, y la clase trabajadora. No sacar banderitas para defender ante la Aduana yanqui a una empresa yanqui que es la continuación de Trujillo y de la Gulf and Western, a vista, paciencia y gusto de los mismos que hoy rasgan vestiduras y se suben al carro del chauvinismo simplón y barato.
24 noviembre 2022
Continúab la deportaciones
