Por la Redacción
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Santo Domingo, República Dominicana – Los Peregrinos del Seibo han vuelto al Palacio Nacional por tercera vez, decididos a encontrar una solución justa para recuperar sus tierras. Esta comunidad campesina ha sufrido mucho desde que fueron desalojados de sus tierras en San Francisco Vicentillo, La Culebra, en septiembre de 2018. Sin embargo, su determinación no ha disminuido.
Estos valientes campesinos enfrentan constantes amenazas y violencia. Pedro Guillermo Varona, a quien acusan de tomar sus tierras, ha utilizado la intimidación y, según ellos, la corrupción para mantener el control. Los peregrinos describen un ambiente aterrador, donde incluso los niños pequeños ya están familiarizados con las armas.
A pesar de los años de lucha, finalmente han obtenido una pequeña esperanza. La consultoría jurídica del Poder Ejecutivo ha prometido estudiar el estatus legal de las tierras desalojadas. Este estudio podría ser el primer paso para declarar estas tierras de utilidad pública y dedicarlas a la producción de alimentos. Además, las autoridades han prometido buscar terrenos alternativos cercanos para reubicar a los miembros de la Asociación Mamá Tingó.
Pero los peregrinos siguen enfrentando muchos desafíos. Las denuncias de violencia extrema son constantes, y los líderes comunitarios, como el pastor Molina, han sido arrestados y sus propiedades destruidas. La comunidad espera que esta visita al Palacio Nacional traiga finalmente una solución justa.
Acusan a las autoridades locales de favorecer a los poderosos terratenientes a expensas de los campesinos. Ven la intervención de la Procuradora General de la República como esencial para limpiar la corrupción y garantizar que se respeten sus derechos.
La lucha de Los Peregrinos del Seibo es un recordatorio de las dificultades que enfrentan muchas comunidades campesinas en la República Dominicana. Su regreso al Palacio Nacional muestra su firmeza en la defensa de sus derechos y su dignidad. Esperan que esta vez su voz sea escuchada y que finalmente se tomen acciones concretas para resolver el conflicto de manera justa.
